La Desbandá

Excursión realizada los días 11 y 12 de febrero 2017.

Se trata de un trayecto de dificultad baja a lo largo de dos etapas que dan comienzo en Almuñécar, termina el primer día en Motril y finaliza en Castell de Ferro. La distancia cubierta se situó en torno a los 28 km. el primer día y a los 23 km. el segundo.

La presente entrada del blog no corresponde a una salida programada en nuestro calendario y organizada por el Club Senderos. No obstante fuimos varios integrantes del club los que participamos en algunos tramos de la marcha y he querido dejar constancia de la experiencia.

La Desbandá es el nombre que recibe uno de los más tristes episodios de la guerra civil, el éxodo desde Málaga y alrededores en dirección a Almería de numerosa población, temerosa de represalias por parte del ejército sublevado y sus aliados italianos. Durante el transcurso de la misma se produjeron miles de muertos como consecuencia de la acción combinada de la aviación fascista y los buques españoles que bombardearon y cañonearon sin contemplaciones a la masa humana de civiles.

En conmemoración y recuerdo de las víctimas la Federación Andaluza de Montañismo junto a numerosas instituciones y Ayuntamientos ha organizado una ruta de senderismo que transcurre, en la medida de lo posible, por los mismos parajes que tuvieron que transitaron aquellos que buscaban refugio en la zona republicana. Para más información se puede visitar el siguiente enlace: I Marcha de Senderismo La Desbandá (pdf)

1º DÍA (ALMUÑÉCAR – MOTRIL)

Pese a que la marcha salió de Málaga el 7 de febrero, no todo el mundo se podía unir un día de diario y para hacer completa la misma. No obstante algunos valientes incluyendo a nuestra presidenta así lo hicieron. El resto de los componentes de Senderos Club nos reunimos con el grupo el día 11 en Almuñécar.

Nos encontramos un día algo tristón y nublado, que descargaba débilmente lluvia a ratos, pero tras desayunar y prepararnos echamos a andar.

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Desde la costa nos contemplan las gaviotas. A lo lejos se aprecia el temporal

Vamos bordeando la costa y dejando atrás, sucesivamente, las playas de Velilla, el Tesorillo, Pozuelo y Calabajío. Entre estas dos últimas hacemos una pequeña parada para reagruparnos.

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En el lugar de la parada, un parquecillo, hay una placa conmemorativa
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Nuestro grupo

Más adelante hay un corto pero muy bonito tramo, entre las playas de Cabria, que se agarra a las últimas rocas, ya junto al mar.

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Toca ahora un tramo de ascenso, engalanado de buganvillas y flores de azahar en sus márgenes. Avanzamos acto seguido por un sendero hacia la Torre del Diablo o de los Diablos.

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Panorama desde las inmediaciones de la torre.

A continuación descendemos hacia la playa Barranco de Enmedio.

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Descenso.

A partir de este punto deja de llover intermitentemente, como hasta entonces, y progresamos a buen paso hasta el punto habilitado para hacer avituallamiento, junto al Hotel Salobreña. Allí nos damos un ligero descanso y reponemos líquidos.

Seguimos adelante en dirección Salobreña.

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El grupo entrando a Salobreña.
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Castillo de Salobreña visto desde la playa.

Finalizamos esta parte del recorrido justo al traspasar el río Guadalfeo. Allí tiene lugar un acto de homenaje que incluye el testimonio de algunas de las personas que vivieron la desbandá, por entonces niños asustados y hambrientos. Impresiona escuchar su vivencia y las azarosas circunstancias que aún les aguardaban al terminar aquella terrible huida.

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Acto de homenaje.

Tras el emotivo acto descendemos y hacemos una nueva parada para comer. Allí se encuentra la desembocadura del Guadalfeo, ahora tranquila, hace 80 años testigo mudo de la desesperación que vivieron muchos, acosados por las tropas italianas, obstaculizados por su creciente cauce.

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Desembocadura del Guadalfeo.
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Nuestro grupo descansa junto al cañaveral del Guadalfeo.

Desde allí nos dirigimos hacia Motril, si bien los aguaceros de los días anteriores obligaron a realizar un trazado un tanto zigzagueante, lo que aumentó la distancia inicialmente prevista. Una vez allí descansamos en el polideportivo cedido por el Ayuntamiento para pasar la noche.

 

2º DÍA (MOTRIL – CASTELL DE FERRO)

El tiempo desapacible continúa al levantarnos, aunque nada comparado con las fuertes tormentas que hubo durante la noche. Desayunamos y finalmente damos comienzo a la etapa en dirección a Torrenueva.

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En camino.
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Llegamos a la playa.
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A lo lejos se vislumbra Torrenueva.

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Playa de la Joya, con un impresionante cubo de dudosa función.

Pasada la playa de La Joya ascendemos para recorrer un tramo de la antigua carretera de Almería. Con la construcción del túnel este camino resultó abandonado y hoy constituye un paraje melancólico, de pedazos de asfalto quebrado, quitamiedos de piedra agrietados y panorámicas al mar. No lejos se destaca un pequeño faro.

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La larga fila atraviesa la antigua carretera hacia Almería.
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Al terminar esta parte del recorrido enfilamos de nuevo a las playas. Más adelante nos aguarda el llamado Castillo de Carchuna. Allí uno de los voluntarios de la organización nos da cuenta de un curioso episodio de rescate de prisioneros sucedido en la guerra civil.

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Castillo de Carchuna.

De nuevo en el camino, mantenemos un buen paso en dirección a Calahonda, donde nos espera la comida.

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Farillo de Calahonda.

Tras degustar una rica paella y recuperar fuerzas, toca el último esfuerzo. Hasta el momento la práctica totalidad de la jornada habíamos andado por terreno llano. Ahora toca superar cierto desnivel para acercarnos a la meta del día: Castell de Ferro.

Por el camino encontramos otra posición defensiva, desvencijada, de época de la guerra. Creo que se trataba del Barranco del Torilejo. Superado este punto nos acercamos a la Autovía del Mediterráneo y vamos en paralelo. Después nos espera un nuevo ascenso que desemboca junto a un pequeño embalse. Por fin contemplamos Castell de Ferro.

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Castell de Ferro desde las alturas.

Allí nos reciben con los brazos abiertos vecinos y miembros de protección civil que nos guían hasta la plaza de España, donde nos esperan representantes de las instituciones locales y una rica sorpresa en forma de chocolatada.

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Entrando en Castell de Ferro.

Lamentablemente este cronista tenía que tomar el autobús de regreso a Granada y apenas pudo disfrutar de esta parte de la jornada. Tocó hacer una rápida despedida y salir de modo algo apresurado dados los horarios y la necesidad de recuperar la mochila principal que se encontraba en otra ubicación.

Con cierta sensación de nostalgia transcurrió la vuelta, según oscurecía y comenzaba de nuevo a llover. Iba a echar de menos levantarme otro día más y ponerme en camino con los que aún continúan la marcha. Vaya desde aquí mi reconocimiento, ánimo y apoyo.

Trevélez – Bérchules – Cádiar

Excursión realizada el día 15 de enero 2017.

Se trata de un trayecto de dificultad media-baja que da comienzo en Trevélez y finaliza en Cádiar. La distancia cubierta se situó en torno a los 17 km.

El domingo comenzamos la travesía en el bonito y montañero pueblo de Trevélez, en las Alpujarras granadinas. Tras abrigarnos adecuadamente para afrontar los rigores de estos días, enfilamos hacia el sur por la carretera, pasado el puente. Pronto nos desviamos hacia la izquierda y comenzamos el ascenso.

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Vista de Trevélez

Pronto nos encontramos con la Acequia de Cástaras pero la abandonamos puesto que nuestra meta se encuentra en las alturas, hacia el llamado Portichuelo. Según avanzamos y gracias al despejado y brillante día, podemos contemplar kilómetros y kilómetros de distancia. Las cumbres nevadas de nuestra sierra deslumbran en la lejanía.

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Foto de grupo

Avanzamos cada vez más hacia el sureste y arriba. En las umbrías nos esperan peligrosos tramos de nieve dura, casi hielo, que dificulta el tránsito y obliga a extremar la precaución.

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Tras elevarnos unos 600 metros sobre el nivel de Trevélez finalizamos la ascensión y nos dirigimos a un mirador, formado por lo que parece una especie de cortafuegos, en el paraje que linda con Cerro Redondo. El panorama que se ofrece a nuestros ojos resulta impresionante. A lo lejos el mar dorado por efecto del sol, se diluye a los lados por el azul y, si fijamos bien la vista, nos permite incluso contemplar pequeños puntos en forma de barco y atisbos de la costa africana.

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Proseguimos en dirección este por un sendero bien claro, cubierto en algunos tramos por testaruda nieve.

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Más adelante los pinos contemplan nuestro paso.

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Prácticamente el resto de la ruta transcurre en ligero descenso y por camino señalado, por lo que resulta un paseo sosegado. En alguna zona se contempla algún vallado con caballos o vacas en su interior.

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Y por fin llegamos a Bérchules, pueblecito agradable en el que paramos para comer.

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Chimenea característica de las Alpujarras en primer término. El mar al fondo, detrás de las montañas

Terminamos de comer y atravesamos este pueblo y Alcútar. Poco después comenzamos a bajar y dejamos a los lados campos de almendros, para encontrarnos con el río Cádiar o más conocido como Guadalfeo, aunque ambos nombres recibe. Se puede cruzar por un desvencijado y algo inseguro puente de tablas de madera, o aprovechando que no viene crecido, por las piedras.

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Puente para valientes

Retomamos dirección sur siguiendo el curso del río durante un rato. No mucho después giramos para visitar, siquiera brevemente, las calles de Narila, aquellas que vieran alzarse en el S. XVI a Abén Humeya. Tiene un santuario que merece visita pero esta vez lo dejamos estar.

Desde allí volvemos a descender hacia el río y llegamos en poco tiempo a las estribaciones de Cádiar. Nos adentramos en este pueblo, ya más moderno y populoso que los anteriores, y llegamos finalmente al punto final de nuestra andadura, junto a la carretera principal.

Como en ocasiones anteriores deseo agradecer a los componentes del club la puesta a disposición de sus fotos, en especial a Rafael, autor de varias de las que aparecen en esta entrada.