La Peza – Alto de la Volota

Excursión realizada el día 5 de marzo 2017.

Se trata de un trayecto de dificultad media que comienza y finaliza en La Peza. La distancia cubierta se sitúa en torno a los 20 km.

Motivos físicos me impidieron acudir a esta excursión, lamentablemente, pero quisiera dejar constancia de la misma aprovechando las estupendas fotos de Alicia.

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Coronando el Alto de la Volota

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La Peza
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Detalle de fuente en La Peza

Tres Güájares

Excursión realizada el día 22 de enero 2017.

Se trata de un trayecto de dificultad media que da comienzo y termina en Güajar Fondón. La distancia cubierta se situó en torno a los 17 km.

En esta ocasión los miembros del club Senderos decidimos trasladar nuestras andanzas a la zona que hay entre el Valle de Lecrín y la costa. Para aquellos que no conocíamos la zona nos sorprendió descubrir ese vergel medio escondido en el valle que forma el río Toba, lugar propicio donde se asientan los Güájares.

Mientras en Granada soportamos un duro invierno, hijo de la ola de frío polar que se ha asentado estos días en el este de la península, en esta zona refugiada ya brotan las primeras flores, se despiertan los almendros y, en fin, se intuye la primavera.

Iniciamos el camino en el primer Güájar, el apellidado Fondón, en donde dejamos los vehículos. Atravesamos sus calles y nos dirigimos hacia el oeste por una zona verde y fresca, especialmente a estas horas de la mañana.

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Dejando a un lado a algún atareado vecino en su bancal, el paraje se espesa entre olivos, aguacates y, aquí y allá, almendros. Más adelante se unirán a ellos los brezos en flor.

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Los almendros florecen en la zona
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Flor del Brezo

Nuestro camino tiene como primer hito importante la visita del Castillejo.

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No nos engañe su nombre pues no era castillo en este caso sino conjunto de viviendas de época almohade, eso sí, cercado y fortificado como se intuye en su entrada con el característico doble recodo con función defensiva.

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Ruinas del Castillejo
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Aljibe del Castillejo
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Detalle de escaleras conservadas en el Castillejo

En este lugar desayunamos y no lo hacemos solos. Por un lado había otro numeroso grupo disfrutando del día y el lugar. Por otro, un algo despeluchado y no muy limpio, pero alegre y vigoroso can, decidió acompañarnos todo el trayecto.

Tras un rato de fotografía y disfrute del sol, seguimos. Dejamos a la derecha el sendero que desciende directo a Güájar Faragüit y nos ponemos en dirección noroeste. Pronto damos con una zona de fuerte ascenso en torno a la llamada Cuesta del Quemado. 200 metros de desnivel después nos encontramos junto al Mirador de la Viñuela, que tras otra cuestecilla nos permite contemplar casi todo el valle y ofrece una postal de Güájar Alto.

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Foto de grupo desde el primer altozano, cerca del Mirador de la Viñuela
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Alisarum vulgae, conocida entre otros nombres como candil o candijela

Volvemos a nuestro itinerario y caminamos por el bien señalado aunque algo abrupto sendero que nos adentra entre pinos, atraviesa el Barranco de la Sima y, tras otro ascenso, vuelve a bajar hacia el Barranco de la Fuente Santa, ya en las inmediaciones de Güájar Alto.

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Sendero ascendente entre los dos barrancos

Nos detenemos en este bonito pueblo para comer. Repuestas las fuerzas nos toca ahora caminar un tramo de la carretera GR4300, con mucho cuidado y apreciando las moles que cercan el valle y las plantaciones de cítricos que bordean el camino. En la zona que da al río de la Toba hay numerosos juncos también.

En determinado momento ascendemos por la izquierda para alcanzar la acequia del río Toba y disfrutar de unas excelentes vistas. También nos evita seguir en el asfalto.

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Cascada de la Toba
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Punto de salida de agua en donde se inicia la cascada

Como el día acompaña, es un placer que tomamos con calma el de seguir andando por esta zona puesto que sabemos que, no muy lejos, está el final de nuestra excursión. Toca descender, pasando por una era reconvertida en bonito mirador. Gracias a nuestro compañero canino detectamos que a punto estamos de dejar el sendero que nos lleva por la parte baja de una Güájar Faragüit que nos da la bienvenida con su tranquilidad. No son solo los gatos, perezosos y con los ojos entrecerrados, o el hombre mayor que toma el sol apoyado en la pared; parece que allí hasta el tiempo prefiere tomarse las cosas con calma.

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Almendro en todo su esplendor
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Calle en Güájar Faragüit
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Estrecheces
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Gato ninja
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Mirador de la Cruz

Salimos del pueblo y ya es poca la distancia que nos separa de las calles de Güajar Fondón y de los coches. Parece mentira todo lo que esconde este bonito valle que invita a relajarse y a disfrutar.

Como siempre, gracias a todos los que ponen sus fotos a disposición de este bloguero. En especial a Rafael a quién he tomado tres instantáneas.

Trevélez – Bérchules – Cádiar

Excursión realizada el día 15 de enero 2017.

Se trata de un trayecto de dificultad media-baja que da comienzo en Trevélez y finaliza en Cádiar. La distancia cubierta se situó en torno a los 17 km.

El domingo comenzamos la travesía en el bonito y montañero pueblo de Trevélez, en las Alpujarras granadinas. Tras abrigarnos adecuadamente para afrontar los rigores de estos días, enfilamos hacia el sur por la carretera, pasado el puente. Pronto nos desviamos hacia la izquierda y comenzamos el ascenso.

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Vista de Trevélez

Pronto nos encontramos con la Acequia de Cástaras pero la abandonamos puesto que nuestra meta se encuentra en las alturas, hacia el llamado Portichuelo. Según avanzamos y gracias al despejado y brillante día, podemos contemplar kilómetros y kilómetros de distancia. Las cumbres nevadas de nuestra sierra deslumbran en la lejanía.

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Foto de grupo

Avanzamos cada vez más hacia el sureste y arriba. En las umbrías nos esperan peligrosos tramos de nieve dura, casi hielo, que dificulta el tránsito y obliga a extremar la precaución.

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Tras elevarnos unos 600 metros sobre el nivel de Trevélez finalizamos la ascensión y nos dirigimos a un mirador, formado por lo que parece una especie de cortafuegos, en el paraje que linda con Cerro Redondo. El panorama que se ofrece a nuestros ojos resulta impresionante. A lo lejos el mar dorado por efecto del sol, se diluye a los lados por el azul y, si fijamos bien la vista, nos permite incluso contemplar pequeños puntos en forma de barco y atisbos de la costa africana.

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Proseguimos en dirección este por un sendero bien claro, cubierto en algunos tramos por testaruda nieve.

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Más adelante los pinos contemplan nuestro paso.

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Prácticamente el resto de la ruta transcurre en ligero descenso y por camino señalado, por lo que resulta un paseo sosegado. En alguna zona se contempla algún vallado con caballos o vacas en su interior.

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Y por fin llegamos a Bérchules, pueblecito agradable en el que paramos para comer.

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Chimenea característica de las Alpujarras en primer término. El mar al fondo, detrás de las montañas

Terminamos de comer y atravesamos este pueblo y Alcútar. Poco después comenzamos a bajar y dejamos a los lados campos de almendros, para encontrarnos con el río Cádiar o más conocido como Guadalfeo, aunque ambos nombres recibe. Se puede cruzar por un desvencijado y algo inseguro puente de tablas de madera, o aprovechando que no viene crecido, por las piedras.

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Puente para valientes

Retomamos dirección sur siguiendo el curso del río durante un rato. No mucho después giramos para visitar, siquiera brevemente, las calles de Narila, aquellas que vieran alzarse en el S. XVI a Abén Humeya. Tiene un santuario que merece visita pero esta vez lo dejamos estar.

Desde allí volvemos a descender hacia el río y llegamos en poco tiempo a las estribaciones de Cádiar. Nos adentramos en este pueblo, ya más moderno y populoso que los anteriores, y llegamos finalmente al punto final de nuestra andadura, junto a la carretera principal.

Como en ocasiones anteriores deseo agradecer a los componentes del club la puesta a disposición de sus fotos, en especial a Rafael, autor de varias de las que aparecen en esta entrada.

Melegís – Cristo del Zapato – Embalse de Béznar

Excursión realizada el día 17 de enero 2016.

Se trata de un trayecto de dificultad media que da comienzo y termina en Melegís. La distancia cubierta se situó en torno a los 23 km.

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La segunda ruta del año 2016 atrajo a bastantes miembros y simpatizantes del club y llegamos a superar la treintena de valientes. Así que nos repartimos entre los vehículos disponibles y nos dirigimos una vez más al Valle de Lecrín.

El inicio del sendero atraviesa los tranquilos y bonitos pueblos de Melegís Restábal entre callejuelas estrechas y casas blancas.

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A partir de Restábal se toma una especie de pista de cemento que comienza a ascender en dirección sureste. Si atrás dejábamos los cítricos, por esta zona aparecen los almendros engalanados con esplendorosas flores blancas y rosas.

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El sol ilumina las flores del almendro.

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Nos adentramos poco a poco en un pinar, a veces bastante frondoso, mientras vamos girando un poco hacia el este. Antes habremos dejado la primera parte de desnivel fuerte y habremos pasado junto al camping de Restábal, anunciado con carteles referidos a los Boy Scouts que, se adivina, hacen allí muchas actividades.

Tenemos un trecho más o menos llano, con algunas vueltas y revueltas, mientras seguimos hacia el este. Los almendros y los pinos nos siguen acompañando.

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No se tarda en encontrar el desvío que asciende zigzagueando hasta la ermita del Cristo del Zapato, primero de nuestros objetivos. Toca de nuevo ascender para culminar esta etapa en el estupendo mirador que se nos ofrece desde el pequeño santuario. Raro será que nos encontremos solos en fin de semana por estos lares. Son muchos los que aprovechan para subir el camino a lo alto.

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Balcón de la Ermita del Cristo del Zapato.

zapato-007El Cerro Chinchirilla, que ese nombre recibe el accidente geográfico sobre el que se asienta la ermita, permite la contemplación de un amplio panorama tanto del valle de Lecrín como del este y del sur del promontorio.

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Bonita foto grupal para el recuerdo. ¡Esos Senderistas!

Al norte el pueblo de muy explicativo nombre, Pinos del Valle. Un poco más al norte se extiende el Pantano de Béznar y el propio pueblo de Béznar, así como Chite. Si seguimos por el este la vista a lo lejos se llega a contemplar el pico del Caballo de Sierra Nevada, hoy algo blanco aunque temo que por poco tiempo si continúa sin llover. También Lanjarón y, girando cada vez más al sur, la línea de la carretera de la costa que pasa junto a Vélez de Benaudalla, flanqueado por colinas en las que crecen almendros y que desde tanta distancia aparentan pedacitos de algodón de azúcar.

zapato-008De la ermita misma decir que es pequeñita y tiene la curiosa imagen del Cristo que le da nombre. Es una representación en la que aparece en la cruz pero vestido y sin signos de agonía, que está calzado de un solo pie. En un cáliz, debajo de la cruz, está el otro zapato. Por lo que he podido leer representa un milagro relacionado con unos zapatos de oro que le habían confeccionado a la imagen del Santo Cristo, uno de los cuales dejó caer y solo pudo levantarlo una viuda, pobre, que le estaba rezando en aquellos momentos para alimentar a sus hijos. De ahí el aparentemente extraño nombre y la iconografía.

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Seguimos el viaje. Toca deshacer parte de lo andado y dirigirnos a Pinos del Valle.

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Al llegar al pueblo lo atravesamos en dirección nordeste por un sendero llamado de Alauxa. Se trata ahora de llegar a una especie de area de descanso cercana al embalse. Allí hacemos una necesaria parada para comer.

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Desde ese punto comenzamos a rodear el embalse de Béznar. En primer lugar alcanzamos la zona de la presa, impresionante como suelen ser siempre estas obras.

zapato-014En el otro lado comienza el sendero que planeábamos seguir, pero se encuentra cortado más adelante de modo que tenemos que dirigirnos en primer lugar a Peloteos y después a Béznar y desde ahí recuperar el camino hacia el embalse. Esto supone un corto trayecto por el arcén de la carretera paralela a la A-44, en el que debe tenerse sumo cuidado, aunque la densidad de tráfico, al menos en domingo, resultó pequeña.

Según caminamos, a lo lejos al sur podemos contemplar la ermita en la que estuvimos por la mañana. Y llegamos a Béznar donde resulta que estaban de fiestas por San Antón (si lo llegamos a saber ¿dónde mejor para haber comido?). Nos cruzamos con alguno de sus mosqueteros, al hombro el arma que les da nombre, gente amable y simpática que respondió a nuestra curiosidad contándonos sobre su funcionamiento y sobre la tradición.

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Estatua dedicada al mosquetero, en Béznar. En la espalda va cargado de flores, como en el sombrero.

En Béznar tomamos el camino del pantano y lo fuimos rodeando en un bonito paseo.

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zapato-016Temíamos que hubiera algún corte o desprendimiento que dificultara seguir, pero no hubo problema y al final nos llevó, de nuevo rodeados de naranjos, al fin, a Melegís.

Aprovecho para agradecer, como siempre, a todos los que ponen sus fotos a mi disposición para hacer las entradas del blog. En este post hay fotos de Angus y de Rafael.