Excursión realizada el día 15 de mayo 2016.
Se trata de un trayecto de dificultad media que da comienzo y finaliza en la carretera A-4025, a pocos kilómetros de El Dornajo (Sierra Nevada). La distancia cubierta se situó en torno a los 20 km.
En esta ocasión nos desplazamos a la zona alta de Sierra Nevada, cosa que nos va a ir demandando cada vez más la climatología. El caso es que la excursión prevista inicialmente pasaba por Piedra Resbaladiza y llegaba al Mojón del Trigo pero tuvimos que modificarla por los abundantes neveros que iban ganando espacio con la altura y que hacían difícil ascender sin crampones.
Dejamos los coches avanzada la carretera A-4025 y comenzamos a ascender.
Nuestro primer hito y zona de descanso prevista para desayunar era el Refugio de San Francisco, un vetusto edificio cerrado, recuerdo de los primeros pasos del senderismo, la escalada y el esquí en Sierra Nevada.



Desde allí tomamos dirección sureste por el sendero que se dirige a Piedra Resbaladiza.
Comienza un descenso pronunciado hasta llegar al ríachuelo que desciende de lo alto de la montaña, el Arroyo de San Juan.

Superado el obstáculo, tomamos el camino de la Acequia de Mesa de Haza. Por el mismo lugar regresemos algunos, mientras otros hicieron una ruta que pasaba por la Acequia de Hoyo Puente, paralela a esta pero algunos metros más arriba de la falda de la loma.
Al regresar dejamos el desvío anterior al Arroyo de San Juan y seguimos en dirección a Piedra Resbaladiza, donde nos topamos con un salto de agua memorable. El agua del deshielo prorrumpe con fuerza y forma una contundente y sonora cascada.
Después de pasar el rato contemplando y fotografiando el tumultuoso torrente, retornamos en dirección al Refugio de San Francisco. Desde allí, en dirección oeste, seguimos el sendero, cada vez más nevado.
Llegamos a encontrarnos con la carretera que pasa junto al Albergue Militar General Oñate y enfilamos el último tramo de la excursión por el Camino de las Sabinas, ahora en constante descenso.
Con cuidado vamos bajando puesto que hay zonas embarradas y encharcadas que dificultan un poco el tránsito. Llegamos entonces a los restos de una construcción desvencijada en la que hacemos parada para reagruparnos y algunos examinamos una cueva cercana.
El resto del camino alcanza una pista que nos lleva a la zona donde hemos aparcado los coches. Desde ahí retornamos a Granada no sin hacer antes una paradita en el Restaurante Las Víboras para tomar algo y comentar la jornada.
Hasta aquí la mini-crónica. Como siempre, agradezco las informaciones y fotos aportadas por los miembros del club. En esta entrada hay fotografías de Angus, Pedro Pedrosa y Rafael.